Uso de los zapatos de seguridad

Cosas a tener en cuenta a la hora de escoger unos determinados zapatos de seguridad para garantizar la protección en el trabajo.

Los zapatos de seguridad son normalmente una pieza fundamental en un EPI (equipamiento de protección individual). Sin embargo, muchas veces pueden resultar complejo saber qué tipo de calzado profesional escoger.
El primer paso es contar con un profesional capacitado en protección de riesgos laborales para que evalúe nuestro entorno de trabajo y determine cuales son los mejores zapatos de seguridad para protegernos de dichos riesgos.

Una vez determinadas qué características de protección debe tener el calzado, debemos escojer un modelo que se adapte a nuestras características físicas.
Una buena manera de proceder es probar distintos modelos en el entorno de trabajo en que van a ser usados.

¿Qué factores debemos tener en cuenta a la hora de usar el calzado de uso profesional?

La comodidad.

Es un factor muy relativo a cada usuario, pero es primordial, ya que los zapatos de seguridad deberán ser usados durante muchas horas seguidas. Es importante probar el calzado y valorar factores como el relleno de la lengüeta, el ancho, la elasticidad, etc.

La protección no específica por normativa.

Aunque un zapato pueda cumplir todas las funciones de protección laboral, una bota ofrecerá una protección extra contra torceduras de tobillo o mayor protección en la zona del empeine.

La transpiración.

No es una norma específica de protección, pero si de higiene general para todo tipo de calzado de uso diario. El lavado diario de los pies y el cambio de calcetines es algo evidente, pero en casos de transpiración considerable puede resultar necesario cambiar también el calzado con un segundo par, dejando que el primer par repose lo suficiente para eliminar todo el sudor absorvido.

El estado.

Un calzado profesional en mal estado o parcialmente deteriorado puede perder las características de protección. Por lo tanto, no cumpliría con la normativa. Así pues es imprescindible someter el calzado profesional a un control regular que asegure su buen estado y que determine si procede reparar o reemplazar el calzado según su grado de deserfecto.

El material.

El cuero es un material que se adapta a la forma del pie. Por lo tanto es especialmente recomendable que el calzado profesional de cuero sea útilizado únicamente por un usuario.

Los tratamientos antimicrobianos periódicos.

Alargan la vida útil del calzado y evitan el mal olor debido a la descomposición de las bacterias. Existen también zapatos de seguridad con un tratamiento antimicrobiano en el momento de su fabricación.

Mantenimiento.

La limpieza regular de los zapatos de seguridad es un factor importante para alargar su vida útil. Para dicho propòsito es importante usar los productos recomendados por el fabricante. Dejar secar el calzado el debido tiempo después del lavado para evitar el deterioro y el mal olor.

Como vemos, las características de protección son imprescidibles a la hora de escojer unos zapatos de seguridad. Hay que valorar todos los factores a la hora de decantarse por un modelo u otro.

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